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Casa-Estudio LaM

obra nueva

Se fusionan dos iniciativas en un solo conjunto, con dos estilos lingüísticos y dos representaciones visuales claramente diferenciadas, destacando intencionadamente por su marcado contraste entre sí

Fecha
2022 - 2023
Ubicación
Urbanización La Quinta, Tierra Cálida Molina de Segura, Murcia
Fotografía
La Mirateca
Superficie
413,20 m²
Estado
Construido

‘Casa – Estudio LaM’ nace de la necesidad de apostar por una nueva línea de trabajo dentro de la empresa: crear un producto modular a través de la construcción industrializada, tecnológica y autosuficiente. En este proyecto, los autores son los propios clientes y así mismo, usuarios de ambas soluciones. Por lo tanto, se trata de dar respuesta a estas dos condiciones: por un lado albergar las nuevas instalaciones de la empresa, LA MIRATECA ESTUDIO S.L. y por otro lado, presentar el prototipo de la primera vivienda modular proyectada y construida por el equipo, SISTEMA LaM.

La modularidad se refleja en la generación de una serie de módulos que pueden ajustarse según la necesidad programática o económica del usuario. Pensado para su transporte en camión y ensamblaje en la parcela, el sistema se basa en la agrupación de módulos tridimensionales de 3.600 mm de arista configurados a través de elementos atornillados de acero galvanizado conformado en frío.

La componente industrial se destaca por posibilitar una significativa fabricación en las instalaciones, permitiendo trabajos de ensamblaje y resolución de encuentros en la obra. La presencia de tecnología se evidencia en una estructura metálica y envolvente altamente eficiente en términos energéticos. El proceso de montaje, realizado en acero galvanizado conformado en frío, troquelado y atornillado, se caracteriza por su rapidez y precisión, logrando resultados métricos de gran exactitud. La parte estructural, tanto en planos horizontales (suelo y techo) como en planos verticales (cerramiento), se reviste con un sistema de aislamiento térmico en el exterior, compuesto por paneles industrializados de EPS (poliestireno expandido), proporcionando una envolvente con altas prestaciones térmicas y un espesor significativo. La autosuficiencia se logra al convertirse en un proyecto de generación eléctrica propia, capaz de desconectarse de la red eléctrica, ofreciendo así mayor independencia energética y sostenibilidad.

El proyecto se ubica a las afueras de la ciudad de Murcia, más concretamente en la urbanización residencial de La Quinta, Tierra Cálida, Molina de Segura. En una parcela de forma regular y rectangular salvando un desnivel de 3,20 metros.

La parcela se orienta hacia dos calles, una principal que sirve como viario para peatones y vehículos, abriéndose hacia las Sierra de Ricote y La Pila. La segunda calle, ubicada en la parte trasera, funciona como una vía verde que se extiende hacia la urbanización de Altorreal y el camino que conduce a la Charca de Los Tarays y al nacimiento de agua conocido como «Fuente Setenil». Las medianeras de la parcela limitan con dos futuras viviendas unifamiliares aisladas.

Inicialmente, se contempla el abordar la parcela con una interpretación unificada para el estudio y la vivienda. Sin embargo, después de analizar que los usuarios comparten tanto la forma de trabajar como la de vivir, se opta por adoptar un enfoque diferente, no solo en su función originalmente establecida, sino también en términos de forma y materialidad. Así, se decide fusionar dos proyectos en uno solo, reconociendo la singularidad de cada componente y ajustando el lenguaje arquitectónico en consecuencia.

Por lo tanto, se aborda el proyecto a través de dos estructuras claramente diferenciadas. La estructura metálica de la planta primera, con su desarrollo mediante ENSAMBLADO, frente al hormigón de la planta baja, con su desarrollo mediante ENCOFRADO, ayuda al sistema a su adaptación al medio, a la orografía y circunstancias del lugar transformando su producción genérica en un producto específico. A su vez confiere al resultado de la necesaria rigidez y unidad, permitiendo de forma sencilla situaciones complejas para la industrialización y la construcción modular transportable. Su capa superficial mediante la proyección de árido de sílice eliminando así el aspecto industrializado que le confieren los encofrados y dotándolo de un aspecto imperfecto enfatiza así su contraste con el sistema industrializado. Además, con su carácter plástico y formal, contrasta notablemente con el aspecto genérico e ilimitado de SISTEMA LaM. De esta forma, el proyecto adquiere una cierta dualidad relacionando en un mismo espacio dos diferentes sistemas de fabricación: ENCOFRADO y ENSAMBLADO.

El estudio forma parte del lugar, de su orografía y de ahí a que adquiera una presencia másica como si de una excavación se tratase. Esta parte se cubre con el terreno desalojado durante su excavación lo que permite minimizar su presencia reduciendo la escala del conjunto, pasando de dos alturas a una sola y dejando el valor significativo a la construcción industrializada. En este caso, el SISTEMA LaM se apoya sobre unas articulaciones que emergen de la zona inferior como si de un delicado objeto se tratase.

La primera traza concebida en el papel en blanco se materializa como una línea central en la planta baja y semienterrada, actuando como un elemento que organiza el programa en la parte inferior. Esta línea busca prolongar la sensación de «calle» externa e incorporarla al proyecto utilizando el mismo adoquinado. Esta calle sirve como eje para el estudio profesional, una zona expositiva, el trastero, el garaje y las instalaciones. Además, los diversos recorridos se ramifican permitiendo el acceso a la zona superior, es decir, la vivienda, a través de los barrancos generados en el perímetro. El jardín, por lo tanto, se eleva y establece una conexión visual con el estudio a través de una doble altura y un patio central en el nivel inferior.

Otro factor esencial que influía en el planteamiento era el deseo de separar por completo la casa del estudio, permitiendo el acceso exclusivamente desde el exterior, ya sea recorriendo la casa o el estudio, creando así una experiencia poética. La idea era experimentar cada mañana la sensación de «salir a la calle» para ir a trabajar, involucrando los cinco sentidos. A través de la vista, se contemplaría la Sierra; mediante el olfato, se disfrutaría de la vegetación aromática circundante a la casa; el oído se sumergiría en el «silencio», los sonidos del viento estacional y los pájaros; el gusto se satisfaría con el café matutino al pasear hacia el trabajo; y el tacto experimentaría la «caricia» de la lavanda al descender por la rampa.

El acceso al estudio es inmediato y se realiza de manera directa a través del elemento central mencionado anteriormente. Se crean dos volúmenes en hormigón armado, uno a la izquierda y otro a la derecha, que sirven como soportes para el elemento superior, la vivienda, actuando como los apoyos de la casa modular. El acceso a la casa se produce a través de una rampa que resuelve el desnivel generado por el propio orden constructivo de los módulos. Ésta pertenece a la propia construcción industrializada, surge de ella sin esfuerzo y levita sobre la orografía artificial generada. Un acceso único que se da a través de un recorrido arquitectónico, más conocido como «promenade». Se busca una espacialidad continua y fluida, destacando una vez más la exaltación de una experiencia estética que surge durante el camino hasta llegar a la vivienda. La casa se apoya en el elemento inferior de manera similar a una «serpiente», mediante la formación grupal de 20 módulos: 2 para porches, 3 para patios y 15 para el interior.

Al atravesar la puerta de gran formato, un módulo de 3,60 metros se abre hacia el jardín frontal de la casa, ofreciendo dos opciones: uno hacia la zona de día y otro hacia la zona de noche. Los núcleos húmedos se encuentran en la cara poniente, la misma del acceso, motivo por el cual la fachada presenta un solo hueco más rotundo, evitando la incidencia directa del fuerte sol del poniente. La iluminación y ventilación de la cocina, el lavadero y los baños se realizan de forma cenital, hacia el cielo, mientras que el resto de la vivienda cuenta con aberturas verticales, orientadas hacia el paisaje.

La casa adopta la forma de un elemento hermético mediante la implementación de una fachada ventilada y una piel que cubre todo su perímetro. Se elige una chapa ondulada de gran onda lacada en blanco, la cual, en los huecos, puede permanecer abierta o cerrarse según el control solar y la necesidad de privacidad del habitante. Esta piel en los cerramientos contribuye a que la casa funcione de manera eficiente climáticamente, y en las ventanas se transforme en puertas basculantes; actúa como una cortina externa que, al abrirse, se conecta directamente con el paisaje, pero al cerrarse, mantiene siempre la visibilidad del habitante hacia el exterior, pero no la del observador hacia la fachada.

La utilización de esta chapa metálica en la fachada posibilita la visualización de múltiples perspectivas a medida que se mueve con el sol, creando un efecto de luces y sombras. Esta dinámica fachada, en constante cambio gracias también a las basculantes, contrasta con la apariencia estática, generando un constante movimiento visual.

La zona de noche se abre hacia patios que conectan con el jardín y la piscina de la casa, si es necesario. Desde el punto de vista visual, esta conexión es constante, mientras que desde el punto de vista físico, es posible cuando se desea. Estos patios ofrecen no solo privacidad y seguridad, sino también control solar, al igual que el resto de las ventanas ofreciendo también con su apertura que la casa pueda recorrerse sin llegar a un fin; esto se consigue gracias a las relaciones externas e internas propias del proyecto.

Dentro del salón se incorpora una escalera que conduce a la cubierta, creando un solárium y un amplio mirador de 360 grados. También se ubican en esta área las placas solares para convertir el proyecto en un modelo autosuficiente. Este diseño permite así el mantenimiento no solo de ellas sino también de los lucernarios, destinados a recibir luz natural en la banda de húmedos en la cara oeste de la estructura.

En resumen, el objetivo es que el usuario experimente la sensación de explorar de manera continua tanto la casa como el estudio, creando la impresión de un espacio que nunca se agote. Se fusionan dos iniciativas en un solo conjunto, con dos estilos lingüísticos y dos representaciones visuales claramente diferenciadas, destacando intencionadamente por su marcado contraste entre sí. Desde la atmósfera áspera y desafiante del estudio en tonos grises, hasta la estética abstracta y tecnológica del blanco neutro en la vivienda.

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